Després d'haver fet bandera política dels problemes de la urbanització de La Bega durant la passada legislatura el problema continua sense resoldre's en un eixemple més de la incapacitat de Baixauli per a resoldre allò que criticava de forma demagògica. De fet va ser ell qui després de reiterades reunions amb els propietaris va fer tot el possible per a què l'Ajuntament els avançara 1 milió d'Euros amb la promessa de que si el votaven ell els solucionaria el problema. Una mentida més com el Cine King, els ascensosrs, el wi-fi i un llarg etcetera de promeses incumplides que li van valdre per a guanyar les eleccions. Ja ha arribat el moment que els veïns protesten davant l'incompetència del govern municipal els afectats de La Bega ja ho han fet a un article que publica huí
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"Vivir de esta forma es una pesadilla"
Los vecinos de la Bega de Silla esperan durante meses que acaben las obras de urbanización
"Territorio comanche". Así definen los vecinos de la Bega de Silla la urbanización donde se ubican sus viviendas. Y la afirmación no es para menos. Vallas en las entradas, obras a medio terminar, promociones paradas, calles sin una dirección definida e inexistencia de alumbrado público. En esta zona residencial de nueva urbanización se alzan además dos torres de viviendas protegidas todavía sin finalizar, además de un gran número de adosados, algunos de los cuales ya están terminados. En total, unos 50 vecinos.
"El problema es que no podemos entrar a vivir porque el Ayuntamiento todavía no ha recepcionado la obra y no tenemos luz", explica Miguel M., un vecino afectado, "Hay algunos, sin embargo, que no han tenido más remedio que trasladarse aquí porque ya están pagando las hipotecas y en los tiempos que corren, es difícil soportar un alquiler y un préstamo a la vez".
La Agrupación de Propietarios de este sector, de cerca de 148.000 metros cuadrados, como agente urbanizador, mantiene dos frentes abiertos con el Consistorio de la localidad. Por una parte, reclaman aproximadamente 230.000 euros en concepto de cuotas y obras ya concluidas por un convenio urbanístico firmado con la agrupación y por otra, la recepción de la obra que impide que los propietarios de las viviendas puedan vivir legalmente en la urbanización.
"El alcalde alega que hay deficiencias que subsanar en la red de aguas y que por tanto ese dinero iba destinarse a solucionarlos", explican desde la agrupación. "No obstante, disponemos de sendos informes, uno de la Universidad Politécnica de Valencia y otro de un arquitecto, en los que se afirma que la red funciona correctamente".
Los propietarios han reclamado oficialmente y por tres veces al Ayuntamiento estas dos cuestiones, "pero todavía no hemos obtenido respuestas". Y mientras eso ocurre, vecinos como Miguel M. no tienen más remedio que, o bien vivir en sus casas sin luz u optar por otras opciones menos económicas.
Pero el problema se agrava ante el peligro de embargo. "Hay propietarios que se han negado a pagar sus cuotas al Ayuntamiento por finalización de obra, ya que nosotros todavía no hemos cobrado y ellos no tienen ni siquiera luz", señalan desde la agrupación. "El Ayuntamiento sólo ha cumplido una parte de su compromiso que ha sido el agua, la jardinería y la vigilancia, mientras estamos esperando a que el alcalde cumpla su promesa electoral y pague al agente urbanizador", añaden. La obra se entregó al consistorio local el 24 de noviembre del año pasado, pero "los meses van pasando y no avanzamos".
Para los vecinos, "esto es una mal vivir. Pensábamos que ésta sería la casa de nuestra vida y se ha convertido en una pesadilla", explica Miguel M. Además, y como añaden otros vecinos, el sector se cierra los fines de semana y sólo hay una entrada, "esto se ha convertido los sábados y los domingos en una zona de prácticas de coche o en un paseo para perros, con todos sus inconvenientes, por no decir el miedo que da cuando oscurece".
Desde el PP de Silla, partido en la oposición, recuerdan al alcalde, Francesc Baixauli, que uno de sus compromisos fue solucionar el problema de la Bega. "Se comprometió a suscribir varios convenios en distintas Unidades de Actuación mediante el cual el Ayuntamiento subvencionaba, con dinero de todos los vecinos, parte de las obras de urbanización que deben ser sufragadas por los propietarios", señala el concejal popular, Carlos Primo.
"Lo que iba a resolverse en tres meses lleva ya dos años sin solucionarse y, de momento, la agrupación echa en falta al alcalde en las negociaciones que están manteniendo con administraciones implicadas", añade. "El problema es que Baixauli no tiene con qué pagar a los propietarios", concluye.